Chino: cómo evitar los riegos

Con más de 1.200 millones de hablantes, el chino es la primera lengua del mundo, la de la inmensa China continental, de Hong Kong, Taiwán, Malasia y Singapur. Es el idioma del impresionante crecimiento económico chino, de la importación-exportación que ha hecho mover millones de productos «mejores y peores», de la deslocalización, de los grandes yacimientos de materias primas, de la lucha de los precios, de las nuevas riquezas. Para algunos es el final de Occidente; para otros, su salvación; para otros aún, el mismo Occidente que ha cambiado de dirección.

No obstante, estos nuevos mercados inmortalizados en la Shanghái Expo y en la feria Anual de Cantón presentan una gran barrera: los riesgos de una comunicación lingüística a menudo ambigua. Las numerosas incomprensiones y los ingentes daños que provocan, la denuncia ya cotidiana a la falsificación y las clamorosas quiebras de numerosas empresas son en gran parte resultado de la falta de comprensión de las diversidades culturales entre Oriente y Occidente. En las relaciones con un país tan distante geográfica, cultural y tradicionalmente, la precisión lingüística es irrenunciable: desde los largos trámites para la obtención de los visados de entrada, hasta las formalidades de los documentos aduaneros, desde las insidias contractuales, hasta la redacción de manuales, técnicas específicas o comunicaciones relativas a la producción y al control de calidad.

El inglés, koiné del mundo, no es suficiente si se quiere aventurar a Extremo Oriente para hacer negocios. Los chinos admiran a los extranjeros que se comunican en chino porque están profundamente orgullosos de su idioma, un código que en su forma escrita ha unificado a lo largo de los siglos los inmensos territorios del Imperio Celeste y que, por naturaleza, esconde y desvela tanto de la cultura china. Además, la posibilidad de presentar documentos e instrucciones directamente en lengua china constituye para la empresa un factor fundamental para la tutela de los intereses propios: esta precaución nos ahorrará las interpretaciones en ocasiones ambiguas y distorsionadas de las lenguas puente como el inglés, a menudo atribuidas por aquellos que las hacen a la dificultad a la hora de comprender la lengua extranjera o a la insistencia de un concepto en otro idioma. Claramente, la preparación de una buena traducción en chino exige una gran atención y buenas competencias a la hora de plasmar los contenidos, en el conocimiento de las diversidades de institutos y ordenamientos y en la elección de la variante geográfica y lingüística apropiada.

En virtud de las diferencias lingüísticas en el chino, es oportuno recordar que en el vasto territorio del País del Medio coexisten aún dos formas gráficas de escritura, la simplificada y la tradicional, entre las que se elige en base al destino y a la naturaleza del documento (¿El amplio público de la República Popular o el limitado de Taiwán? ¿Un texto técnico o un volumen sobre la elegancia pictórica?) y que el registro lingüístico del habla cotidiana y de la contractualismo gusta de expresar conceptos y necesidades contemporáneas recurriendo a la elegancia de formas y estructuras lingüísticas clásicas de la historia secular. Por otra parte, respecto a las variantes lingüísticas, señalamos además que el chino presenta 12 dialectos, es decir, lenguas casi por sí mismas separadas como el caso del chino cantonés que difiere en gran medida del mandarín.

Valorar todas estas competencias en un traductor chino resulta a menudo difícil: mientras los que nacían a principios de siglo eran animados a viajar y a aprender idiomas con gran apertura y resultados lingüísticos considerables, el sucesivo periodo maoísta y las difíciles carestías que sacudieron China a mediados del siglo pasado provocaron la puesta en práctica de una fuerte política de autarquía que congeló los intercambios culturales con el extranjero, censuró numerosas obras literarias y obstaculizó el aprendizaje de idiomas y culturas extranjeras. En este periodo de cierre se congelaron la discusión académica y el desarrollo de las teorías traductológicas necesarias para la formación de buenos traductores.

Considerando más tarde el enfoque didáctico de las lenguas extranjeras, en los pocos casos en los que tal estudio se permitía, la tendencia hasta los años noventa se orientaba al estudio mnemónico de la lengua; es decir, el aprendizaje de memoria de frases aisladas, típico de la tradición secular mandarina, lo cual a día de hoy se ha revelado ineficaz puesto que no desarrolla las capacidades crítico-analíticas del lingüista y no le permite gestionar con libertad la comunicación más allá de las pocas frases hechas.

Al empobrecimiento del conocimiento de las lenguas extranjeras en las poblaciones nacidas en torno a mediados de siglo se le añaden las dificultades fonéticas que encuentran los chinos en la pronunciación de lenguas extranjeras como el inglés, que hacen extremadamente difícil la comprensión de su modo de hablar. Por otra parte, se ha señalado que la mayor parte de los traductores residentes fuera de su país natal proviene de familias agrícolas o comerciales y que se ofrece en el mercado de las traducciones sin contar con las competencias necesarias. Por último, las empresas nacidas recientemente en China para ofrecer servicios de traducción se basan en lógicas de provecho a corto plazo en lugar de apoyarse en una sólida vocación profesional. Parece que, como en muchas otras economías emergentes, también el sector de la comunicación y de la cultura representa un instrumento para conseguir ganancias fáciles, posiblemente sin invertir en la estructuración de servicios de calidad ni en el respeto social.

Nuestros servicios de traducción profesional en chino

Studio Moretto Group presta servicios de traducción y revisión terminológica a empresas que necesitan textos en chino de alta calidad. Nuestra organización se sirve de personal interno oportunamente formado y activo en la investigación académica.

Con el objetivo de contribuir positivamente a la imagen externa del cliente y desarrollar de este modo su negocio, aseguramos traducciones de textos comerciales, técnicos, legales, científicos y literarios en chino mandarín, cantonés y en las demás variantes de la lengua, ofreciendo además servicios de localización necesarios para la adaptación cultura y técnica de las traducción respecto a las convenciones del público de referencia.

Entre las tipologías principales de textos que tratamos, hallamos traducciones de contratos, poderes, manuales, manuales de instrucciones, diseños técnicos en AutoCad, catálogos, presentaciones y páginas Web de empresas, notas de prensa, balances y textos médicos.

La asistencia de intérpretes de chino competentes

Conscientes del papel central que desempeña la comunicación verbal y de la mediación cultural para la consecución del éxito en unas negociaciones de trabajo, hemos organizado un servicio de interpretación en lengua china directamente en China y en varios países occidentales.

La interpretación puede realizarse también en modalidad simultánea, ideal para eventos mediáticos, reuniones de empresa, visitas a instalaciones, congresos y ferias internacionales.

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